Según el estudio 50 estrategias para 2050. El trabajo y la revolución digital en España de la Fundación Telefónica, cada vez más se hace necesario por parte de los sectores industriales fomentar el uso de tecnologías y la experimentación en realidades alternativas, como la realidad virtual y la realidad aumentada, con información accesible en red. Estos nuevos paradigmas tecnológicos crearán numerosas oportunidades en la industria (procesos de producción inteligentes) y para el estudio del comportamiento del consumidor.
En la misma línea apunta Christian Pedersen en un artículo publicado en Interempresas. “La Inteligencia Artificial (IA) se combinará con sensores de nueva generación para crear un nuevo tipo de automatización de negocios. Y el Blockchain se librará definitivamente de sus connotaciones negativas y emergerá como habilitador y no como disruptor.”
Dada su importancia, AINIA tiene abierta una línea de I+D propia para avanzar en la Industria 4.0, tanto en sensórica avanzada como en Inteligencia Artificial, Blockchain y otras TIC disruptivas, como la interoperabilidad de sistemas, el big data o el Internet de las Cosas (IoT).
Sobre esto último, el Internet de las cosas ya es una realidad. Según el citado trabajo de Fundación Telefónica “Hay otros escenarios en expansión que podrían conducir a una verdadera revolución, siendo la nueva frontera el Internet of beings (IoB). Sitúa al ser humano como centro de toda tecnología basada en la inteligencia colectiva, y presenta numerosas aplicaciones en distintos campos, entre ellos, la industria alimentaria.” Por ello, se hace necesario desarrollar estrategias que impulsen la transición del Internet de las Cosas al Internet del Ser Humano. La tendencia apunta a una mayor demanda por parte de la industria alimentaria de maquinaria automatizada e inteligente, especialmente en sector como el cárnico, las frutas y verduras, productos de panadería y en la industria de las bebidas.
Apuesta por las energías renovables, la gestión del agua y la minimización de residuos
Como también apunta la revista Forbes, la sostenibilidad y la Economía Circular pueden ser muy disruptivos, sobre todo aquellos relacionados con la gestión del agua y el cambio climático. Por ello, se hace necesario desarrollar e implementar adecuadamente en la industria alimentaria estrategias que promuevan la producción y consumo de energías renovables y tecnologías verdes (eficientes, de bajas emisiones de CO2, de tratamiento de residuos) a través del impulso de sus líneas estratégicas, de apoyos públicos y financiación.
Ejemplo de ello es el Proyecto VIOe-: Sistema bioelectroquímico para la valorización integral de aguas residuales y lodos de EDAR. Su objetivo último: Convertir estos residuos en fuente de energía y nutrientes. Si quiere saber más sobre esta I+D disruptiva le invitamos a leer el artículo DAM y AINIA trabajan en un sistema disruptivo para convertir las aguas residuales en energía y nutrientes.
De lo global a lo local: La singularidad, diversidad y autenticidad
Otra tendencia en innovación de procesos es la especificidad nacional y la calidad de las respuestas a los desafíos y oportunidades de la globalización. Esta será clave para que el sector de la industria de alimentación y bebidas de nuestro país afronte con éxito el futuro.
Para ello, es necesario desarrollar contenidos basados en la singularidad y la diversidad cultural. Velar y controlar la autenticidad y evitar fraudes será tendencia. Todo ello, necesita estar basado en una concepción propia de la tecnología y sobre esta base integrarse al sistema global. Las compañías de hoy se enfrentan, más que nunca, al reto de asimilar y saber adaptarse a los continuos cambios que se dan en el mercado. Ello implica tomar decisiones dentro del ámbito empresarial, que propicien adaptarse a este disruptivo mundo.
Por: Marga Fernández.